MI AUTOBIOGRAFÍA...
MIS PRIMEROS ESTUDIOS
Nací en un pequeño
pueblo de Colombia, cercano a Bogotá, llamado Zipaquirá donde se encuentra
ubicada una de las maravillas del mundo, la mina de Sal. Mi núcleo familiar
está compuesto por tres hermanos y mis padres, quienes aún gracias a Dios
siguen con nosotros. Actualmente todo el grupo está conformado por 17 personas.
En este municipio
realicé mis cursos de primaria, en colegio privado y bachillerato en colegio público, en los
cuales cumplí a cabalidad con todas mis metas propuestas en el tiempo
estipulado. Luego inicié mis estudios de pregrado en la Universidad Escuela de
Ingenieros en Bogotá, ya que mi inclinación inicial estaba por el lado de la
Ingeniería de Sistemas, sin embargo 2 años después y de luego de un cambio en
mi vida bastante drástico, dejé la ingeniería para iniciar mis estudios en Licenciatura
de Biología en la Universidad Pedagógica Nacional de la cual soy graduada.
Curiosamente
mi práctica docente la inicié como docente de informática en una Escuela Departamental,
donde con un único computador debía enseñar a más de 100 niños de diferentes
cursos e igualmente trabajé con una comunidad de personas religiosas que pertenecían
al Foyer de Charite dictando clases a unos niños de unas pequeñas veredas
cercanas. Como complemento de esto y cumpliendo con uno de los requisitos del
pregrado las prácticas eran en escuelas rurales del municipio de Choachí,
Cundinamarca, dedicadas a enseñar en escuelas integradas donde podía tener
niños desde tercer a quinto grado en un mismo salón de clases, situaciones que
me enseñaron más a mí que lo que yo podía haberles enseñado a ellos desde la
humildad, la sencillez, la caridad y la solidaridad en cada una de sus historias
de vida, sus sueños y anhelos para llegar a ser mejores seres humanos.
ESTUDIANTE, ESPOSA, MADRE Y
DOCENTE
A un año de mi grado
inicié mi primera práctica docente formal, en el colegio de mi hijo, ahhhh
porque claro para este momento ya era casada y tenía un hijo de 4 años,
aquellas cosas que surgen un poco más aceleradas que otras que debían haber
ocurrido primero, pero bueno, una experiencia de la cual también tuve que
aprender mucho y salir adelante. En este primer “trabajo” el cual tengo como un
bonito recuerdo, me convocó que mi amor por la docencia era grande, y que a pesar
de las múltiples circunstancias poco favorables que me podían rodear en aquel
entonces, lo que hacía era por amor y compromiso con mis niños que más por un
pago, ya que como no era graduada no recibía ni el 20% de lo que podía ganar un
docente en ese tiempo. Finalmente obtuve mi título y trabajé formalmente con
ellos un año más, y realmente fue una gran escuela para mí y para mi fortalecimiento
profesional. Mi hijo para esta época pasaría al grado de segundo de primaria, y
el colegio aún no tenía acreditado bachillerato, así que nos pusimos en la
tarea de buscar otra posibilidad en Bogotá lo que a su vez coincide con pasar
también hojas de vida que nos brindara mayores oportunidades y así fue como
llegué al colegio en el que me encuentro actualmente y del cual este año mi
hijo se proclamará como bachiller, el Colegio San Viator, donde llevo ya 10
años laborando y entregando todo de mí para ser una mejor docente todos los
días.
EL MONSTRUO…
Como parte de mi
desarrollo profesional hice un Diplomado en Docencia Universitaria, culminé mis
estudios en la Universidad de la Sabana en la Especialización de Gerencia
Educativa y como una fase cruel de mi vida he hecho múltiples cursos para poder
aprender inglés los cuales desafortunadamente NO han funcionado de ninguna
manera, y aquí es en donde aparece el mayor temor de mi vida… el bilingüismo, el
cual más que un reto se ha convertido en una pesadilla, ya que del aprendizaje
de este idioma depende mi permanencia en el colegio donde me encuentro
actualmente, y ahora aún más cuando éste también toma un carácter de colegio
con educación internacional.
Así que lo que decidí fue
buscar un valor agregado a mi perfil que no dependiera exclusivamente del
manejo de otro idioma y me diera otras posibilidades para desempeñarme en el
campo de la docencia desde otra perspectiva diferente a la tradicional.
Finalmente, mi vida
actualmente trato de llevarla con tranquilidad porque ya estaba teniendo
problemas de salud debido a la tensión y presión constante. Mi familia está
compuesta por mi esposo, y mis dos hijos, un adolescente de 16 años y mi
pequeña princesa de 5 años, quien aún me exige bastante tiempo y dedicación. Me
considero una mujer feliz, disciplinada y en ocasiones un poco estricta llevada
al extremo. Estoy en mi proceso de cambio de mentalidad, de evolucionar con el
mundo y no en contra de él, de buscar mejores opciones y oportunidades de vida
que se proyecten en el bienestar de mi familia.
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